Uno de los profesores más conocidos de nuestra facultad, ya sea por sus esquemas integradores o por el halo misterioso que lo envuelve, es definitivamente Jorge Yamamoto, profesor del curso de Psicología Social. Jorge es conocido tanto por aquellos valientes que decidieron llevar el curso con él como por aquellos que decidieron optar por otro camino (creyendo quizás que este camino sería aparentemente menos riesgoso para así no bajar su promedio...).
Esta entrevista les revelará datos nunca antes conocidos del estimado "Yami", datos que nos sorprenderán, como sus inicios pertenecientes a un campo distinto al de la Psicología -la filosofía-, los proyectos en los que ha trabajado, su vivencia como profesor a lo largo de estos años, su incursión en la fotografía, así como sus actuales proyectos de investigación.
El "Yami", quien se caracteriza según sus propias palabras como una persona autodidacta, contribuye de forma destacada a la Psicología al llevar a cabo investigaciones acerca de temas innovadores, como su reciente estudio sobre “el estrés en el ataque a la cumbre del Everest solo y sin oxígeno”.
Es por todo esto que esperamos que al leer esta entrevista se contagien de la pasión que siente Jorge Yamamoto por nuestra carrera y además, que puedan asumir sus logros como una fuente de motivación que comprueba que no importa que tengas diferentes intereses, siempre puedes integrarlos.
Sin más, los dejamos con esta interesante entrevista, ¡disfrútenla!
Bueno, lo primero es ¿cómo así decidiste estudiar psicología?
(Risas) Yo en verdad primero estudié filosofía. Tenía un diploma en filosofía y fue muy interesante. Estuve muy satisfecho con eso, pero tenía la opción de seguir estudiando filosofía . Pero creo que uno nunca termina de estudiar algo, ¿no? Más o menos ya me había quedado claro todo ese tema del origen del conocimiento, de los ejes, de la base de todo conocimiento, la parte epistemológica, ontológica, la ética, etc., pero estaba percibiendo que estaba yéndome ya muy en lo abstracto, muy en lo etéreo y dije: ahora vamos a hacer algo distinto, vamos a dejar de estudiar los ideales y me voy a dedicar a estudiar lo más concreto y real. Entonces, estaba entre la posición cultural de la antropología, pero la psicología me pareció mucho más concreta y real; no solamente las magníficas expresiones de la cultura, sino las paupérrimas manifestaciones de la conducta humana, pero no necesariamente con un sesgo patológico, sino estudiar tanto lo normal como lo “anormal”, sin juzgarlo en cuanto a sus ideales o aspectos éticos, para que luego desde esa fase pueda generar una integración. Así termine en psicología. Pensé ¿cómo se llama esto? y le puse el nombre de psicología.